Los Corrales

Los Corrales del Campo. Castilruiz

 


1.Introducción. La humanidad no siempre ha vivido en ciudades y pueblos. Hasta hace poco en muchas zonas del mundo y también en España, los hombres también vivían en el campo, en la montaña, en casas, chozas, bordas, masías, cuevas, individuales y aisladas; más tarde en cortijos, fincas, granjas, residencias campestres, que después se fueron agrupando para formar pequeños núcleos urbanos, caseríos, pueblos, ciudades. Y todo ello, dependiendo de los países y lugares, culturas,  naciones, climas… 

 

2.    Descripción. En las zonas ganaderas se necesitaba edificaciones para atender al ganado, no sólo en las poblaciones sino también en los campos alejados del pueblo. En este contexto, los corrales fueron una construcción  que surgió como  recurso para el cuidado, protección y defensa de los rebaños. En su tiempo, fueron importantes para  las actividades ganaderas.  

     Deben distinguirse los que existen en el medio urbano edificados en el pueblo, a veces junto a la casa de los ganaderos y que tienen una mejor estructura y diferentes destinos (caballos, vacas, otros animales, etc.). Y los construidos en el campo para encerrar el rebaño y no tener que llevarlo al pueblo.  Los existentes en mi pueblo (ya en ruinas) estuvieron destinados, sobre todo,  a rebaños de ovejas. Anteriormente hubo algunos para toros bravos en la Laguna. 

     De todas formas,  fue un procedimiento para cuidar las ovejas o cabras contra las alimañas, robos, contra la lluvia o por otros motivos. También servían para que los labradores que hacían sus faenas por el lugar se guarecieran y refugiaran de la lluvia, de las tormentas, y para descansar a la hora de las comidas. 

Diversos nombres. En algunas partes se llaman aprisco, establo, majada, redil, borda. Los corrales de nuestra zona, con el mismo trazado, materiales y distribución, no los he visto en otros lugares. En Andalucía no existe ese tipo de construcción de piedra. Los rebaños se guardan en algún lugar resguardado por setos, arbustos, arbolado, rocas,  hundimientos naturales, cavernas, cuevas. A veces están en lo alto del monte que favorecía el frescor en épocas de calor y la higiene. En estos casos existe el riesgo de los zorros, perros hambrientos, desaparición, etc. Supongo, pero no lo sé, que los corrales según el modelo de nuestra zona, son propios de Castilla y de Aragón. En País Vasco se llaman Bordas y son cabañas en el monte sobre todo para todo tipo de ganado. 

3.    Motivo y finalidad de la construcción.  ¿Por qué estas edificaciones? Al estar las piezas (fincas), y los lugares del pasto para las ovejas muy alejadas del pueblo, los rebaños necesitaban un buen rato para ir a dichos lugares y volver. Los labradores que trabajaban lejos del pueblo también necesitaban guarecerse ante la inclemencia del tiempo (tormentas, frío, descanso). Por ello, entre otras razones, los corrales se situaron lejos del pueblo.

     La única y principal función de los corrales fue la de encerrar las ovejas por la noche y durante la siesta en el verano. El pastor, después de encerrarlas regresaba a casa por la noche y al día siguiente temprano, después de la siesta en verano, volvía a sacarlas a pastar.

     Un detalle que no debe olvidarse es que los corrales proporcionaban un buen estiércol (Cilrre,  excelente abono) para el campo. Y para ello era necesario que el corral estuviera en buenas condiciones: llevar paja para el suelo, tener en buen estado la cubierta, etc. Pero sobre todo que los pastores encerraran en ellos las ovejas. 

     No se puede ignorar que estos corrales, en los buenos tiempos (bien conservados y mantenidos, y abundantes rebaños), proporcionaban un estiércol de calidad que se aplicaba a las fincas como abono. Estos edificios siempre se levantaban en dos unidades; y en algunos sitios –como en castillejo- había cuatro. Y en la granja más de quince o veinte. Es posible que en algunas agrupaciones hubiera alguna vivienda. En la granja aún queda un corral que conserva un trozo de pared de una segunda planta. En Castilruiz había alrededor de unos 40 corrales. 

4. Modelo de construcción. En nuestra zona, todos tenían, casi siempre,  una parecida edificación campestre muy sencilla;  la misma distribución, y similares dimensiones. Un espacio rectangular, dividido en dos partes. La mitad estaba techada con un sencillo tejado que servía de tañada contra la lluvia y el frío, y para guardar alguna oveja enferma o recién parida,  o para otros cuidados. La otra mitad servía para corral donde se amontonaba y fermentaba el ciemo y para las ovejas que no entraban en el interior cuando hacía calor. En esta zona se echaba paja abundante para comodidad de las ovejas y para que se mezclara con el cilre y aumentara, así, el estiércol. El tejado siempre vierte las aguas al interior de esta forma se facilitaba el fermento del estiércol. 

Las paredes estaban construidas con piedra y  barro con paja que servía para unir las piedras y tapar los huecos, colocadas sin grandes pretensiones. El tejado estaba hecho de maderos de poca calidad, generalmente de chopo, sobre los que descansaban las tablas que sujetaban las tejas.  Las paredes eran suficientemente altas como para impedir la entrada a los depredadores…Su mantenimiento siempre fue complicado y laborioso. 

     Algunos tenían un pesebre rudimentario que servía para alimentar a machos, caballos, burros, etc. Que yo sepa, no tenía bebederos porque no había agua cerca..El emplazamiento solía situarse en terrenos improductivos, y altos con el fin de evitar inundaciones. 

Orientación. Los que yo recuerdo, casi todos están orientados al sur por motivos climáticos…y situados en una cierta ladera para evitar el encharcamientoAlrededor de los corrales solía haber una zona de césped en forma de eras. 

5.    Decadencia.   Con el correr del tiempo, su utilidad y beneficios fueron decayendo poco a poco. Y dada su escasa funcionalidad y rendimiento, los corrales perdieron su  función.  Disminuyeron los rebaños, su mantenimiento era complejo;  y de los corrales se obtenía muy poco beneficio al no obtener estiércol. Sólo unos cuantos se mantenían en buen estado gracias a sostenerlos en buenas condiciones. Y ello suponía trabajo y pequeños gastos sin saber si se iban a obtener algunos beneficios. Algunos han conseguido mantenerse hasta hace bien poco, casi  por motivos sentimentales.

      Era bonito ver pequeños edificios que, en la mente e imaginación de los niños, estaban cargados de misterio y de fantasía; cuando los niños entraban en ellos: se esperaba ver algún fantasma, brujas, etc. 

     Hoy ya no queda ninguno de pié: han desaparecido los rebaños, los labradores están mecanizados y en pocos minutos van y vuelven del tajo.. 

No hay investigación sobre este recurso. El establo es el recurso pastoril más numeroso, y sin embargo existen pocos estudios sobre ellos. Son totalmente desconocidos a pesar de que hoy se hacen investigaciones sobre las cosas o asuntos más inverosímiles.

     Lo que yo he escrito es algo basado en el sentido común y en la imaginación. Nadie me ha informado sobre sus orígenes o su sentido. He encontrado un amplio artículo de Félix A. Rivas  “Construcciones pastoriles en la comarca de monzón” de Aragón  (Internet) 

Y Los Pastores.  La vida del pastor al cuidado del ganado en su relación con los corrales  era realmente dura. Digo en su relación porque el pastor no siempre encerraba el ganado en el corral y porque no conozco que el pastor hiciera noche en el corral. Pero la dureza de esta situación se debía a que tenía que andar un camino largo para ir a sacar el rebaño y volver por la noche a casa.  Y porque si hacía noche en el corral (cosa que no creo) la dureza provendría de la falta de comodidad y de condiciones higiénicas, del peligro de ataques de lobos (según el imaginario y la fantasía popular), zorros, perros asilvestrados, ladrones. etc. 

    
Aunque todo aquello haya desaparecido, quiero recordar y mencionar, además de mi nostalgia poética y melancolía por la desaparición de los corrales (parecía que tenían alma) que ponían un cierto adorno y encanto y una referencia en el campo. De hecho, muchos parajes reciben el nombre del corral allí existente…(Corral del Tío Lajón,  corral de tío narices, corral blanco, la Granja…) 

     Mi sentimiento, reconocimiento y admiración por los pastores de mi pueblo, duros y sacrificados con ellos mismos;  y tiernos,  atentos, protectores; vigilando y cuidando siempre el rebaño para el cual buscaban siempre los mejores pastos y el agua fresca.  

     Los pastores se convirtieron, mejor dicho, han representado la figura del Buen Pastor (que da la vida por sus ovejas) y que tantas veces aparece en los textos sagrados Simboliza el amor y el cuidado desinteresado de las ovejas y la protección segura. 

     Y ahora vayamos al objeto de mi trabajo que ha sido exponer la curiosidad de los corrales del campo y  hacer un recuento de los mismos para que quede recuerdo.    

  1. NÚMERO DE CORRALES DEL CAMPO.

 Comenzando por la Carretera de Cigudosa:  

Número                   Situación en el campo
2  Barrancondo, alguno está en uso
2  Las Ignacias
4  Castillejo, 2 en lo alto de fácil acceso y 2 en la ladera
4  Los Palacines
1  El Corral del Tío Lajón
2  La Lomba Besada
1 El Corral del Tío Narices
4  Primeras Pascuarras
2  Segundas Pascuarras
1  Corral Blanco
15 ó +   La Granja.    
40 ¿? Hoy sólo están operativos + ó – los de Barrancondo

  

La granja. Estos corrales fueron siempre un lugar de referencia que  resaltaba sobre el color del campo (rojo, verde, amarillo según el tiempo)  y rompía un poco la monotonía de la llanura.

     La granja pudo ser un pequeño poblado de personas dedicadas al pastoreo. De hecho existió una casa con dos  plantas en los primeros lugares al llegar, que podría haber sido algo así como la del administrador u otro cargo (Aún queda un paño de pared que sobresale de los otros tejados).     

     En el verano de 2009, a últimos de agosto, la visité cuando la tarde estaba cayendo, el sol brillante se abatía sobre la gran llanura del color de la paja, allá a lo lejos el pueblo, no se veía un alma (ni siquiera cazadores),..Y me produjo un sentimiento de desolación, y tristeza. Unas construcciones simples y elementales que habían resistido durante siglos, que contaba con una zona de prado verde y florido, estaba hoy dominada por la maleza. Y los corrales  destruidos de forma irrecuperable. Hoy un lugar para el recuerdo.                                                                                        

Castilruiz, agosto de 2009                                                                                  

Javier Martínez Hdez.