Ara romana
Ara romana
Situado en tierras limítrofes de Castilruiz y Añavieja, ha existido durante años un mojón singular de piedra arenisca blanca, con inscripciones,
que ha resultado ser un ara votiva romana, un altarcillo en el que se quemaban ofrendas a las deidades, en el que todavía quedan restos de su hogarcillo en el coronamiento o cornisa. Este hogarcillo –focus–, en media caña, tiene tres centímetros de profundidad. Según Fidel Fita («Inscripciones romanas inéditas de Añavieja y Oyarzun», Boletín de la Real Academia de la Historia, t. 23 [1893], p. 484-491), la pieza procedería de Augustóbriga, población de una relativa importancia en los primeros siglos de nuestra era durante la dominación romana, que se corresponde con el actual Muro de Ágreda.
En el libro de Alfredo Jimeno, Epigrafía romana de la provincia de Soria (Soria, Diputación Provincial), hallamos la transcripción que lleva grabada en seis líneas, con correctas letras capitales de 6 cm de altura e interpunciones de hereda distinguens (pequeñas hojas de hiedra, que aquí hemos sustituido por otro símbolo), lo cual da pié a fecharla en el siglo I de nuestra era. La inscripción parece ser la siguiente:
MARTI
G ¤ PETRON
IUS ¤ MATERN
US ¤ Q ¤ F MI
S S I C I U S
V ¤ S ¤ L ¤ M
Completado, nos daría el siguiente texto:
Marti
G(aius) Petron
ius Matern
us Q(inti) f(ilius) Mi
ssicius
v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito)
Lo cual podemos traducir como:
A Marte.
Caio Petronio
Materno,
hijo de Quinto,
licenciado del ejército,
cumplió el voto agradecido por el beneficio.
Se trata de una pieza de 72,5 cm de alto por 42 cm de ancho.
La onomástica se corresponde con la romana al constar de tres elementos y filiación. Según se comprueba, se trata de una dedicatoria al Dios de la guerra, realizada por un licenciado del ejército, que agradece, sobre todo, el favor de haberle devuelto con vida.
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